Estamos en Éfeso, ciudad llena de fulleros, de magos capaces de engañar el ojo, de oscuros hechiceros que trastornan el juicio, de brujas asesinas que deforman el cuerpo, de truhanes disfrazados de charlatanes y pecadores libertinos.
Antífolo y Dromio de Siracusa (antigua ciudad de Grecia ahora sita en Sicilia), amo y criado, llegan a la ciudad buscando a sus respectivos hermanos gemelos. El padre de ambas parejas de palíndromos también llega a Éfeso, siendo detenido por extranjero sin papeles nada más pisar puerto, y es condenado a muerte. Sólo encontrando a sus hijos podrá salvarse.
Antífolo y Dromio de Éfeso (antigua ciudad de Grecia ahora sita en Turquía) viven en la ciudad siendo confundidos con sus hermanos siracusianos. Luciana y Adriana, pareja de estos últimos, son las primeras en confundir a sus maridos con sus hermanos.
A partir de aquí errores con antiguos deudores, joyas en manos equivocadas, deudas no saldadas, van endemoniando a nuestros personajes hasta el punto de necesitar a un exorcista. Todo se enredará más y más, error sobre error, hasta la aparición de una Madre Abadesa que ni es monja ni es virgen. Entonces es cuando el desastre se convierte en una fiesta.