Estamos en el inicio de un ensayo, ya van llegando los actores y, poco después, el director. La actriz que siempre llega tarde, por supuesto, llega tarde.
La obra que se disponen a ensayar es, curiosamente, de Luigi Pirandello: El juego de los papeles, una comedia en torno a un triángulo amoroso. Los actores, estoicamente, soportan el malhumor del director; el director, por su parte, no soporta a casi nadie, ni siquiera a Pirandello, y se muestra quisquilloso con todo y con todos.
Hasta que el ensayo se ve interrumpido por una familia de seis individuos que declaran haber nacido personajes y esgrimen una pretensión imposible: que alguien represente su drama. De esa forma, la comedia se mezcla con la tragedia, la fantasía con la realidad y los personajes con los actores.